SEXOLOGIA Y RESPIRACION
SEXOLOGIA Y RESPIRACION
«Practicar el sexo no es malo, lo malo es hacerlo con inconsciencia e irresponsabilidad.»
Dr. Walter Alfredo Silva
Intuitivamente, o como saber de simple sentido común, sabemos que la actividad sexual implica un cierto desgaste de energía. También sabemos que la energía que debemos recuperar por su consumo, tanto en esa como en las otras actividades que realizamos, e incluso por el desgaste que implica el solo hecho de mantenernos vivos, la reponemos mediante la alimentación.
Sin embargo, tal vez por resultar obvio, prestamos poca atención al hecho más importante de nuestra actividad vital, sin el cual la vida no sería posible: la respiración.
Es a través de ella que incorporamos el oxígeno, el combustible vital más importante e irreemplazable para nuestra vida, como la de todas las especies aeróbicas que habitan el planeta.
Por ello, para comenzar con el tratamiento de la sexología, como tema introductorio, vamos a ver la respiración. Como parte central analizaremos y profundizaremos en la comprensión de la utilidad que tienen los ejercicios respiratorios para la salud en general, y para facilitar el mantenimiento de una sexualidad activa en particular.
La respiración en la cultura oriental
«Se puede vivir dos meses sin comida y dos semanas sin agua, pero se puede vivir solamente unos minutos sin aire.»
Maestro Hung Yi-Hsiang
A efectos de introducirnos en el primer tema, el de la respiración, comenzaremos con una conceptualización de algunos de los términos utilizados en la cultura oriental, dado que son los integrantes de esta cultura quienes más los han desarrollado con la finalidad de conservar y mejorar la salud. Ello nos facilitará la comprensión de la utilidad que tienen los ejercicios respiratorios,.
Los chinos nos hablan del Yin y el Yang como fuerzas polares mutuamente dependientes, en constante interacción y potencialmente intercambiables. Sus límites nunca son fijos. Siempre que el crecer o menguar de estas fuerzas produce un desequilibrio, una de ellas se transforma en la otra. Un ejemplo de esta transformación se da cuando el agua «Yin», absorbe tanto calor «Yang», que se transforma en vapor y asciende.
La interacción entre el Yin y el Yang se denomina «Tao», y el proceso generativo resultante es el «cambio».
Las relaciones complementarias del Yin y el Yang se encuentran en todo el universo y su oposición proporciona la tensión necesaria para cualquier movimiento.
En la medicina china, los órganos vitales se consideran divididos en pares, cada uno de los cuales se compone de un órgano Yin macizo y un órgano Yang hueco. Los órganos se encuentran emparejados por conexiones funcionales y anatómicas concretas. Por ejemplo, los pulmones controlan el «qi» -qi, como veremos, significa aliento, energía- los pulmones gobiernan la respiración y la circulación de energía. Los pulmones, Yin, están relacionados con el intestino grueso, Yang. Las neumonías y otras enfermedades respiratorias suelen presentarse acompañadas de estreñimiento, y el estreñimiento, puede también causar opresión y malestar en el pecho.
Una premisa básica de la medicina china, es que todas las formas del universo están animadas por una fuerza vital esencial, el qi. El término qi carece de equivalente en nuestra lengua, la traducción aproximada sería «energía biónica» o «bioeléctrica». Las ideas que aquí quedan destacadas son las de una energía eléctrica asociada a los órganos vivientes y de iones de carga negativa.
Qi, con «Q» mayúscula designa toda la energía del cosmos, lo que incluye la gravedad, el magnetismo, la energía solar, la electricidad, etc. Cuando qi se escribe con minúscula, se refiere específicamente a la energía biónica que alimenta a los organismos vivos. En los organismos vivos, la polaridad Yin y Yang, establece el campo de fuerza dinámico para mover el qi, de la misma forma en que la polaridad positiva y negativa hace que circule la corriente.
La forma de retrasar el envejecimiento y evitar las enfermedades consiste en «recargar» los tejidos del cuerpo con suministros de qi, extraídos de alimentos frescos, agua fresca, aire fresco y una vida sexual sana. Los procesos bioquímicos del organismo dependen de un adecuado nivel de energía bioeléctrica para realizar sus funciones.
Los seres vivos se hallan entre el polo Yang -positivo- del cielo, y el polo Yin -negativo- de la tierra. La «energía celeste» del clima pasa a través del sistema energético del organismo, así como la electricidad circula por un conductor.
La presencia de iones negativos en el aire facilita la absorción de oxígeno y la eliminación de dióxido de carbono en los alvéolos pulmonares, los iones positivos producen el efecto opuesto. Los gases tóxicos, al ser liberados a la atmósfera, toman la forma de iones positivos, estas masas iónicas capturan a los iones negativos, dejando al aire desprovisto de vitalidad.
El aire puro del campo contiene una media de dos o tres iones negativos por uno positivo. En las ciudades la proporción es de 300 a 600 iones positivos por cada ión negativo.
La ausencia de una corriente eléctrica es siempre perjudicial para el ser humano. Las personas que viven en edificios o habitaciones con estructura metálica -esto es, con las propiedades físicas de una jaula de Faraday, de la que se excluye todo campo eléctrico- llegan a sentirse cansadas de forma crónica. La ropa que se utiliza es también importante. Ciertas telas sintéticas producen las suficientes cargas electrostáticas negativas como para repeler los iones negativos de las personas que las visten.
El qi es sobre todo potencial eléctrico. El cuerpo almacena qi en los electrolitos contenidos en los líquidos vitales y los transpoera por una compleja red de canales, denominados meridianos.
La respiración afecta al equilibrio bioeléctrico. Existen dos tipos básicos de respiración: la limpiadora y la energizante. La respiración limpiadora desintoxica el cuerpo y se centra en la espiración. Un ejemplo de respiración limpiadora espontánea es el suspiro, que consta de una inspiración rápida seguida de una espiración larga. La respiración energizante recoge y acumula energía vital y se concentra en la inspiración. El bostezo es un ejemplo, se trata de una inhalación larga y profunda, que se retiene por tiempo breve en los pulmones y sigue con una exhalación relativamente corta.
La respiración correcta refuerza el suministro de energía vital. La respiración es la única función vital que escapa a la división entre el control voluntario y el involuntario. Así como se produce en forma involuntaria, también puede ser controlada por la mente y utilizarse para regular otras funciones, tales como el metabolismo, la eyaculación, etc.
Todas las personas pueden practicar el control respiratorio como método para mejorar la salud.
El acto de respirar extrae qi del aire y lo distribuye por todo el cuerpo, a través de la red de canales de energía denominados meridianos.
En la naturaleza, el aire es ionizado por la acción de la radiación electromagnética procedente del sol, por el movimiento y la evaporación de grandes masas de agua y por el desplazamiento del viento por los espacios abiertos.
Lo que hace moverse al qi es la polaridad del Yin y el Yang, a la que podemos llamar «gradiente de potencial» -diferencia potencial de voltaje entre dos puntos determinados-. El gradiente de potencial es mayor en las montañas, playas y parques, donde los iones negativos fluyen libremente desde el polo Yang positivo de la atmósfera, al polo Yin negativo de la tierra. Los organismos vivos actúan como conductores de esta energía.
Los aromas naturales llevan una carga de energía bioeléctrica activa que entra en el cuerpo por las mucosas de la nariz y ejerce efectos terapéuticos en las células y tejidos. En el interior de la nariz hay tres grandes protuberancias, con circunvoluciones, que agitan y desvían las corrientes de aire que entran para volverlas «turbulentas» de modo de cubrir una amplia superficie interior. Estas protuberancias llamadas «turbinados», también humedecen y calientan el aire para que no afecte negativamente a los pulmones.
Toda la cavidad nasal está recubierta de membranas mucosas que retienen el polvo, las partículas y los microbios del aire y los eliminan por la nariz o la garganta, enviándolos hacia el estómago. Cuando la nariz está sana, la capa de mucosidades se mantiene en constante movimiento, por la acción de los «cilios» -cepillos que barren las mucosidades sucias hacia la garganta para que se digieran y eliminen en el estómago-. Cuando la capa de mocos se vuelve demasiado seca, la nariz se obstruye y los cilios no pueden hacer dicho barrido. Esto genera una acumulación de residuos tóxicos en los conductos nasales, lo que conlleva la vulnerabilidad del aparato respiratorio con los consiguientes resfríos y gripes.
En la nariz, el tejido eréctil controla la forma, el tamaño y la orientación de los conductos para el paso del aire, regulando su flujo. Este tejido es el que reparte el paso del aire entre el agujero derecho y el izquierdo, ya que bloquea alternativamente uno u otro conducto. Si los dos agujeros no están despejados y en condiciones de funcionar correctamente, la respiración se vuelve desequilibrada. Si se permite que el paso del aire se produzca exclusivamente por un solo agujero durante seis o siete horas, debido a la obstrucción o inflamación del otro, es frecuente que se instaure alguna enfermedad. La forma más sencilla de abrir un conducto obstruido es tenderse sobre el costado despejado y respirar profundamente por la nariz. Esto tiende a abrir el conducto superior obstruido y a cerrar el situado debajo. Otra forma de despejar el conducto obstruido y equilibrar la respiración, es respirar alternativamente por ambos agujeros.
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