MEDICINA ESPACIAL
Medicina Espacial
«El hombre sabio debería considerar a la salud como la mayor bendición humana.»
“Hipócrates”
Salud
Existen diversas definiciones. Intuitivamente, sin embargo, todos podemos coincidir en que consiste, básicamente, en un estado de bienestar general, un equilibrio interno que hace que todos los órganos de nuestro cuerpo funcionen correctamente y nos permitan actuar de la manera adecuada en las diversas actividades que nos toca desempeñar en nuestra vida, en lo individual, lo familiar y social. Una definición más precisa sería aquella que dijera que el estado de salud es el equilibrio dinámico de todos los sistemas orgánicos, asociado a un bienestar mental, espiritual y social.
Enfermedad
Hablamos de enfermedad, en cambio cuando, sentimos que no gozamos del aludido «bienestar general», que «el cuerpo no nos responde», como cuando estábamos sanos y el malestar, el dolor o el excesivo cansancio no justificado, nos hacen sufrir o nos impiden cumplir con nuestras funciones habituales. En 1983, en la Organización Mundial de la Salud, se presentó la conceptualización de enfermedad que hoy se considera vigente, como el desequilibrio entre el organismo y su ambiente, como la alteración en los procesos fisiológicos como consecuencia de ese desequilibrio, y como la aparición de situaciones inicialmente disfuncionales y posteriormente patológicas.
Las dos grandes corrientes de la medicina
La búsqueda de una explicación sobre las causas y el origen de las enfermedades, ha dado y sigue dando lugar a múltiples controversias que tienen un origen muy añejo, pero que, básicamente, nos remiten a las dos grandes corrientes o perspectivas de la medicina: la medicina alopática, ontológica, que predomina hoy en el mundo occidental y que podríamos llamar «medicina oficial» y, por oposición a ella, la concepción dinámica o del equilibrio, expresada por las mal llamadas «medicinas alternativas». Cabe aclarar que las que presentamos aquí no lo son: nuestras medicinas, como veremos tienen un sólido basamento científico. Alternativas, en todo caso serían las medicinas cuyos efectos se obtienen sin una causa aparente con base científica, aún cuando sus resultados puedan demostrarse empíricamente, como en el caso de, por ejemplo, las flores de Bach. Las medicinas que seguidamente se exponen para el conocimiento del lector tienen, en algunos casos, mayor antigüedad que la oficial y continúan progresando y desarrollándose en la actualidad.